Brecha salarial se acentúa en el empleo femenino pese a reactivación postpandemia

Noticias

Análisis del Observatorio Laboral Araucanía, dependiente del SENCE y ejecutado por el Instituto de Desarrollo Local y Regional de la Universidad de La Frontera, deja al descubierto el retroceso de una década en la inclusión femenina

8m_page-0001

En el marco de la conmemoración de un nuevo Día Internacional de la Mujer, el Observatorio Laboral Araucanía realizó un análisis de cifras vinculadas al empleo femenino y los efectos postpandemia a partir de datos provenientes del Instituto Nacional de Estadísticas, entre los que destaca el que en 2021, la tasa de participación laboral femenina fue del 37,8%, es decir, de cada 10 mujeres de más de 15 años, sólo 4 se encontraban trabajando o buscando trabajo.

Se mantiene la feminización en la inserción a ciertos rubros económicos donde destacan los sectores de Servicio doméstico, donde el 84% de los trabajadores son mujeres; en Educación corresponden al 74 de cada 100 trabajadores y en Salud a 70 de cada 100, dando cuenta de la concentración de mujeres en áreas vinculadas a labores de cuidado y enseñanza, asociado a roles de género establecidos social e históricamente. Sin embargo, los sectores en que se alcanza el mayor equilibrio está el comercio y la administración pública.

Respecto de las áreas masculinizadas, se encuentran la construcción con sólo un 7% de mujeres, transporte (14%) y el sector silvoagropecuario y pesca (22%).

Las cifras evidencian que las mujeres están más en cargos técnicos y de servicios, ocupando un 63% del mercado; en la vereda extrema encontramos a los operadores de maquinaria, donde sólo el 4% son mujeres.

Para Catalina Garrido Higuera, Coordinadora técnica del Observatorio Laboral Araucanía, “las cifras presentadas en el boletín muestran una tendencia a la recuperación, pero falta mucho por avanzar; siendo uno de los elementos más relevantes recuperar la participación de las mujeres en el mercado laboral, sobretodo a aquellas que dejaron su empleo por labores de cuidado; lo que está directamente relacionado con los estereotipos de género que normalizan que el cuidado sea una tarea de las mujeres y no una corresponsabilidad, agudizando las brechas que existen entre hombres y mujeres”, enfatizó.

INGRESOS COMO ESLABÓN DE LA DESIGUALDAD

En este ítem, el análisis de nivel país, precisa que la menor brecha está en los garzones/as, donde hay una diferencia salarial del 12%, con un ingreso promedio de 284 mil pesos; mientras una kinesióloga puede llegar a recibir un 13% menos que un colega hombre, en quienes ejercen labores de supervisión de locales comerciales la brecha aumenta a un 27%, mientras que un académico de universidad puede recibir hasta un 28% más que una mujer en el mismo cargo.

La mayor desigualdad, según los datos nacionales analizados por el Observatorio Laboral, se registra entre los abogados, donde una mujer puede recibir hasta un 39% menos de ingresos que un hombre en el mismo ejercicio de la profesión.

Sin embargo, la OCDE ha desarrollado una intensa campaña basada en datos que permiten identificar aquellas ocupaciones relacionadas a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, que permitirían ampliar el espectro de ocupaciones para las mujeres.

Lo anterior, dado el tipo de tareas que involucra, y con ello reducir las brechas salariales. Siendo algunas de estas: técnicos en redes y sistemas, programadores de aplicaciones, desarrolladores de software o técnicos en ingeniería mecánica. Todas profesiones en que las mujeres a la fecha sólo han ocupado como máximo un 16% de la oferta laboral.

Al respecto, el SEREMI del Trabajo y Previsión Social, Patricio Sáenz Cofré, precisó “creemos que estas cifras son un insumo muy importante para la generación de políticas tendientes a seguir acortando las brechas que aún persisten en cuanto al empleo femenino. En nuestra región, los últimos informes de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas han sido bastante auspiciosos en este sentido, ya que en las últimas dos mediciones el desempleo femenino alcanzó un 4,5% y un 4,8% respectivamente, por debajo de la tasa masculina que marcó 5,4 y 5,5% en los mismos periodos. Esto es bastante destacable considerando que históricamente el empleo femenino es el que tiene las más altas cifras de desocupación no sólo en la región, sino que a nivel país. Sin embargo, sabemos que hay muchas mujeres que salieron de la fuerza de trabajo durante la pandemia, debido principalmente a que priorizaron en muchos casos el cuidado de sus hijos, que no estaban asistiendo a los establecimientos educacionales, o en otros casos, para hacerse cargo de adultos mayores. Es por eso que el Gobierno del Presidente Piñera implementó el Subsidio Protege, que tiene por objetivo entregar un aporte de 200 mil pesos para ser destinado al cuidado de los niños y niñas, en el caso que la trabajadora no tenga garantizado el derecho a sala cuna por parte de su empleador. En nuestra Región esta iniciativa ya ha beneficiado a cerca de 2 mil 700 personas y creemos que este tipo de medidas, junto a otras como el IFE Laboral, permitirán que las mujeres comiencen poco a poco a reincorporarse a la fuerza de trabajo”.

Análisis del Observatorio Laboral Araucanía, dependiente del SENCE y ejecutado por el Instituto de Desarrollo Local y Regional de la Universidad de La Frontera, deja al descubierto el retroceso de una década en la inclusión femenina

8m_page-0001

En el marco de la conmemoración de un nuevo Día Internacional de la Mujer, el Observatorio Laboral Araucanía realizó un análisis de cifras vinculadas al empleo femenino y los efectos postpandemia a partir de datos provenientes del Instituto Nacional de Estadísticas, entre los que destaca el que en 2021, la tasa de participación laboral femenina fue del 37,8%, es decir, de cada 10 mujeres de más de 15 años, sólo 4 se encontraban trabajando o buscando trabajo.

Se mantiene la feminización en la inserción a ciertos rubros económicos donde destacan los sectores de Servicio doméstico, donde el 84% de los trabajadores son mujeres; en Educación corresponden al 74 de cada 100 trabajadores y en Salud a 70 de cada 100, dando cuenta de la concentración de mujeres en áreas vinculadas a labores de cuidado y enseñanza, asociado a roles de género establecidos social e históricamente. Sin embargo, los sectores en que se alcanza el mayor equilibrio está el comercio y la administración pública.

Respecto de las áreas masculinizadas, se encuentran la construcción con sólo un 7% de mujeres, transporte (14%) y el sector silvoagropecuario y pesca (22%).

Las cifras evidencian que las mujeres están más en cargos técnicos y de servicios, ocupando un 63% del mercado; en la vereda extrema encontramos a los operadores de maquinaria, donde sólo el 4% son mujeres.

Para Catalina Garrido Higuera, Coordinadora técnica del Observatorio Laboral Araucanía, “las cifras presentadas en el boletín muestran una tendencia a la recuperación, pero falta mucho por avanzar; siendo uno de los elementos más relevantes recuperar la participación de las mujeres en el mercado laboral, sobretodo a aquellas que dejaron su empleo por labores de cuidado; lo que está directamente relacionado con los estereotipos de género que normalizan que el cuidado sea una tarea de las mujeres y no una corresponsabilidad, agudizando las brechas que existen entre hombres y mujeres”, enfatizó.

INGRESOS COMO ESLABÓN DE LA DESIGUALDAD

En este ítem, el análisis de nivel país, precisa que la menor brecha está en los garzones/as, donde hay una diferencia salarial del 12%, con un ingreso promedio de 284 mil pesos; mientras una kinesióloga puede llegar a recibir un 13% menos que un colega hombre, en quienes ejercen labores de supervisión de locales comerciales la brecha aumenta a un 27%, mientras que un académico de universidad puede recibir hasta un 28% más que una mujer en el mismo cargo.

La mayor desigualdad, según los datos nacionales analizados por el Observatorio Laboral, se registra entre los abogados, donde una mujer puede recibir hasta un 39% menos de ingresos que un hombre en el mismo ejercicio de la profesión.

Sin embargo, la OCDE ha desarrollado una intensa campaña basada en datos que permiten identificar aquellas ocupaciones relacionadas a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, que permitirían ampliar el espectro de ocupaciones para las mujeres.

Lo anterior, dado el tipo de tareas que involucra, y con ello reducir las brechas salariales. Siendo algunas de estas: técnicos en redes y sistemas, programadores de aplicaciones, desarrolladores de software o técnicos en ingeniería mecánica. Todas profesiones en que las mujeres a la fecha sólo han ocupado como máximo un 16% de la oferta laboral.

Al respecto, el SEREMI del Trabajo y Previsión Social, Patricio Sáenz Cofré, precisó “creemos que estas cifras son un insumo muy importante para la generación de políticas tendientes a seguir acortando las brechas que aún persisten en cuanto al empleo femenino. En nuestra región, los últimos informes de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas han sido bastante auspiciosos en este sentido, ya que en las últimas dos mediciones el desempleo femenino alcanzó un 4,5% y un 4,8% respectivamente, por debajo de la tasa masculina que marcó 5,4 y 5,5% en los mismos periodos. Esto es bastante destacable considerando que históricamente el empleo femenino es el que tiene las más altas cifras de desocupación no sólo en la región, sino que a nivel país. Sin embargo, sabemos que hay muchas mujeres que salieron de la fuerza de trabajo durante la pandemia, debido principalmente a que priorizaron en muchos casos el cuidado de sus hijos, que no estaban asistiendo a los establecimientos educacionales, o en otros casos, para hacerse cargo de adultos mayores. Es por eso que el Gobierno del Presidente Piñera implementó el Subsidio Protege, que tiene por objetivo entregar un aporte de 200 mil pesos para ser destinado al cuidado de los niños y niñas, en el caso que la trabajadora no tenga garantizado el derecho a sala cuna por parte de su empleador. En nuestra Región esta iniciativa ya ha beneficiado a cerca de 2 mil 700 personas y creemos que este tipo de medidas, junto a otras como el IFE Laboral, permitirán que las mujeres comiencen poco a poco a reincorporarse a la fuerza de trabajo”.

Análisis del Observatorio Laboral Araucanía, dependiente del SENCE y ejecutado por el Instituto de Desarrollo Local y Regional de la Universidad de La Frontera, deja al descubierto el retroceso de una década en la inclusión femenina

8m_page-0001

En el marco de la conmemoración de un nuevo Día Internacional de la Mujer, el Observatorio Laboral Araucanía realizó un análisis de cifras vinculadas al empleo femenino y los efectos postpandemia a partir de datos provenientes del Instituto Nacional de Estadísticas, entre los que destaca el que en 2021, la tasa de participación laboral femenina fue del 37,8%, es decir, de cada 10 mujeres de más de 15 años, sólo 4 se encontraban trabajando o buscando trabajo.

Se mantiene la feminización en la inserción a ciertos rubros económicos donde destacan los sectores de Servicio doméstico, donde el 84% de los trabajadores son mujeres; en Educación corresponden al 74 de cada 100 trabajadores y en Salud a 70 de cada 100, dando cuenta de la concentración de mujeres en áreas vinculadas a labores de cuidado y enseñanza, asociado a roles de género establecidos social e históricamente. Sin embargo, los sectores en que se alcanza el mayor equilibrio está el comercio y la administración pública.

Respecto de las áreas masculinizadas, se encuentran la construcción con sólo un 7% de mujeres, transporte (14%) y el sector silvoagropecuario y pesca (22%).

Las cifras evidencian que las mujeres están más en cargos técnicos y de servicios, ocupando un 63% del mercado; en la vereda extrema encontramos a los operadores de maquinaria, donde sólo el 4% son mujeres.

Para Catalina Garrido Higuera, Coordinadora técnica del Observatorio Laboral Araucanía, “las cifras presentadas en el boletín muestran una tendencia a la recuperación, pero falta mucho por avanzar; siendo uno de los elementos más relevantes recuperar la participación de las mujeres en el mercado laboral, sobretodo a aquellas que dejaron su empleo por labores de cuidado; lo que está directamente relacionado con los estereotipos de género que normalizan que el cuidado sea una tarea de las mujeres y no una corresponsabilidad, agudizando las brechas que existen entre hombres y mujeres”, enfatizó.

INGRESOS COMO ESLABÓN DE LA DESIGUALDAD

En este ítem, el análisis de nivel país, precisa que la menor brecha está en los garzones/as, donde hay una diferencia salarial del 12%, con un ingreso promedio de 284 mil pesos; mientras una kinesióloga puede llegar a recibir un 13% menos que un colega hombre, en quienes ejercen labores de supervisión de locales comerciales la brecha aumenta a un 27%, mientras que un académico de universidad puede recibir hasta un 28% más que una mujer en el mismo cargo.

La mayor desigualdad, según los datos nacionales analizados por el Observatorio Laboral, se registra entre los abogados, donde una mujer puede recibir hasta un 39% menos de ingresos que un hombre en el mismo ejercicio de la profesión.

Sin embargo, la OCDE ha desarrollado una intensa campaña basada en datos que permiten identificar aquellas ocupaciones relacionadas a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, que permitirían ampliar el espectro de ocupaciones para las mujeres.

Lo anterior, dado el tipo de tareas que involucra, y con ello reducir las brechas salariales. Siendo algunas de estas: técnicos en redes y sistemas, programadores de aplicaciones, desarrolladores de software o técnicos en ingeniería mecánica. Todas profesiones en que las mujeres a la fecha sólo han ocupado como máximo un 16% de la oferta laboral.

Al respecto, el SEREMI del Trabajo y Previsión Social, Patricio Sáenz Cofré, precisó “creemos que estas cifras son un insumo muy importante para la generación de políticas tendientes a seguir acortando las brechas que aún persisten en cuanto al empleo femenino. En nuestra región, los últimos informes de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas han sido bastante auspiciosos en este sentido, ya que en las últimas dos mediciones el desempleo femenino alcanzó un 4,5% y un 4,8% respectivamente, por debajo de la tasa masculina que marcó 5,4 y 5,5% en los mismos periodos. Esto es bastante destacable considerando que históricamente el empleo femenino es el que tiene las más altas cifras de desocupación no sólo en la región, sino que a nivel país. Sin embargo, sabemos que hay muchas mujeres que salieron de la fuerza de trabajo durante la pandemia, debido principalmente a que priorizaron en muchos casos el cuidado de sus hijos, que no estaban asistiendo a los establecimientos educacionales, o en otros casos, para hacerse cargo de adultos mayores. Es por eso que el Gobierno del Presidente Piñera implementó el Subsidio Protege, que tiene por objetivo entregar un aporte de 200 mil pesos para ser destinado al cuidado de los niños y niñas, en el caso que la trabajadora no tenga garantizado el derecho a sala cuna por parte de su empleador. En nuestra Región esta iniciativa ya ha beneficiado a cerca de 2 mil 700 personas y creemos que este tipo de medidas, junto a otras como el IFE Laboral, permitirán que las mujeres comiencen poco a poco a reincorporarse a la fuerza de trabajo”.

Share this